Línea editorial de ele Escuela de Liderazgo Emocional

19 de junio de 2013

Julieta López de Mena y Rodríguez Campoamor

Soy abogada, tengo 35 años y trabajo en una gran multinacional con un puesto importante. Vengo de una familia de clase media-alta; soy una mujer femenina, vivo con mi pareja Lorena desde hace 3 años y planeamos casarnos en breve y tener un hijo. Soy muy feliz y jamás he sido tan feliz como en este momento en el que, por fin, prácticamente todo el mundo a excepción de la gente de mi trabajo, sabe quien soy y respetan mi vida. Ser homosexual es algo que no se elige y solo hay que aceptar que te ha tocado, igual que te toca ser rubio, moreno, alto o bajo, y ser fuerte para vivir tu vida sin que te afecte que haya mucha gente que no lo entienda u opine que ser homosexual está mal o es una enfermedad y considere que el hecho de que formemos una familia es una aberración. El amor que yo siento por Lorena es igual que el que sientes tú por tu novio, novia, marido o mujer y lo único que pedimos es respeto para que nadie se meta en cómo debemos vivir nuestra vida.



Capítulo 7. Mi amor es como el tuyo 

Me he enterado de que eres un héroe en silencio. Que no duermes. Que por las noches vas y te cuelas en mi ordenador y corriges mis contratos e informes dándoles el formato perfecto. Piensas que, como tengo tanto trabajo que apenas me da tiempo a releer las cosas, no me iba a dar cuenta. Pero lo sé…tengo insomnio a veces ¿no lo sabías? El viernes volví a buscar el ordenador por la noche para seguir trabajando en casa y te vi ahí, sentado en mi sitio, corrigiendo esos interminables contratos, haciendo que todos estén perfectos. ¿Por qué me proteges si sabes que nunca seré tuya? Si sabes que mi corazón late al son de una música de tacones lejanos, medias finas y cruces de piernas. Que mis recuerdos son aromas de perfumes de frascos finos y colores intensos. Que mis ojos se encienden con miradas de ojos adornados con sombras y pestañas con rímel. Que mis oídos sólo se inmutan con voces agudas. Que mi cuerpo sólo vibra con cuerpos suaves de curvas prohibidas. ¿Por qué sigues ahí si sabes que yo no podré quererte nunca? Vete, no malgastes tus fuerzas de héroe conmigo. Duerme un poco que tienes los ojos muy rojos. Utiliza tus superpoderes para buscar tu princesa. Yo ya tengo la mía".


5 comentarios :

  1. Enhorabuena por haber conseguido lo que tanto anhelabas, tu capítulo me ha gustado mucho y espero que ayude a otras personas que estén en una situación parecida a ser valientes como tú para poder ser felices, la vida solo se vive una vez.
    Carmen

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias Carmen. Estoy de acuerdo, la vida sólo se vive una vez y hay que disfrutar y simplemente aceptar quién eres. Una vez que aceptas quien eres y te atreves, descubres que antes no habías vivido...
    Un beso fuerte.
    Julieta

    ResponderEliminar
  3. Simplemente precioso, una gozada de relato, que suerte tienen algunas ;)

    ResponderEliminar
  4. Rosa Lacasa Bayod10 de julio de 2013, 3:42

    Me ha gustado mucho tu capítulo, Julieta, destila una ternura y una firmeza a partes iguales. Bonito equilibrio! Yo soy hetero, pero por mi forma de ser a veces me he sentido "extraña". Ojalá nos veamos pronto y me cuentes mas cosas interesantes como tu.
    Un besazo

    ResponderEliminar
  5. Muchas gracias a las dos por vuestras hermosas palabras. Me alegro mucho que os haya gustado el capítulo. Rosa, ¿sabes por qué te sientes extraña alguna vez? Porque eres especial. A ver si nos vamos a tomar algo pronto con Raquel también.
    Os mando un beso fuerte y muchísimas gracias
    Julieta

    ResponderEliminar

© Mujeres sin Maquillar , todos los derechos reservados.

Diseño Diseño Web Ziddea