Mamen Paramio Álvarez

Me llamo Mamen y soy una mujer de 54 años (ni yo misma me creo que sea ya tan mayor). Nacida en Madrid en el seno de una familia numerosa de clase media, soy la cuarta de nueve hermanos. Realicé mis estudios en el Sagrado Corazón de Jesús, un colegio de monjas de siempre y del que guardo gratos recuerdos y gracias a Dios ningún trauma como los que mucha gente dice tener por haber estudiado en colegios religiosos, y eso que yo era especialmente traviesa y rebelde. Mi casa, como os podéis imaginar, era un hervidero de amigos, míos y de mis hermanos, que terminaron siendo comunes. Recuerdo mi niñez y mi juventud totalmente feliz, formando parte de una familia unida, con los problemas —que los había— de una familia normal, pero tenía unos padres totalmente volcados en sus hijos y en nuestra educación que estaban ahí para amonestarnos cuando nos lo merecíamos, y lo merecíamos siempre. Ya se sabe, en familias numerosas no se para de jugar, de pelear y de enfadarse con los hermanos continuamente. Pasábamos de un extremo a otro con absoluta normalidad en cuestión de minutos y claro está: había que poner orden con autoridad. Y, gracias a Dios, tampoco tenemos traumas de acoso o malos tratos por parte de nuestros progenitores que también estaban ahí para felicitarnos por las cosas bien hechas. Quizá sea por ese curriculum de amistad que me ha acompañado siempre que me he atrevido a escribir sobre ella sin miedo. En cuanto al tema estudios no he sido una buena estudiante. Acabé el colegio,, porque no había más remedio, y los cursos de secretariado pertinentes, pero nada más. Lo que sí me considero es una buena trabajadora, emprendedora, responsable y diligente.

Laboralmente me he movido bastante aunque siempre he trabajado en contacto directo con la gente. Creo que tengo un carácter sociable, muy abierto y no me resulta difícil comunicarme. Tengo mis detractores, claro está, como todo el mundo, pero en general soy muy comunicativa. Soy secretaria y he pasado de trabajar en una empresa de comunicación a una asesoría jurídica, en la que aprendí mucho y de la que me fui por problemas familiares. Después pasé a una empresa de moda en la que formaba parte del departamento comercial y organización de eventos. Lo dejé para ser la secretaria de un médico cirujano plástico para el que llevaba la organización de la consulta y quirófanos y el seguimiento de los pacientes. Me encantó trabajar con él y me gustaba muchísimo lo que hacía, pero él regresó a su país y se acabó. Ahora mismo estoy en otra empresa dedicada a la investigación y control de calidad de la industria maderera.



Capítulo 10. Amistad

La Amistad es una de las grandes cosas de la vida. La Verdadera amistad, la auténtica, perdura a lo largo del tiempo, la distancia y las dificultades de la vida".